La televisión catalana tiene costra nacionalista
04 diciembre 2007, El Periódico, Joan Ferran
Esta es la transcripción de la entrevista:
Atención a esta interesante entrevista, en la que un diputado socialista arremete contra la neutralidad de la televisión pública catalana, algo que Ciudadanos lleva denunciando desde su nacimiento. Lo curioso es que lo diga un miembro del tripartito, responsable al fin y al cabo de cómo es TV3 hoy. El diputado socialista Joan Ferran ha acusado en el Parlament a TV-3 de ser la televisión pública más antigubernamental de España. En esta entrevista agrega que no reclama una televisión gubernamental, "pero sí neutral, objetiva, plural, informativa y sin sesgo partidista". Para ello, concluye, "hay que arrancar la costra nacionalista de las emisoras de la Generalitat".
--¿Cuando dice antigubernamental quiere decir antisocialista?
--Antigubernamental a fuer de antisocialista. Yo no me quejaría de una televisión que fuera crítica a partir de la neutralidad y el equilibrio. Pero TV-3 no es crítica; es despiadada con el Govern. Prioriza, magnifica y retuerce la información en contra del Ejecutivo. Amplifica los conflictos y minimiza las noticias positivas sobre el Govern.
--Hace cuatro años que la corporación que reúne a las emisoras de la Generalitat está dirigida por un exministro socialista, Joan Majó. ¿De qué se queja el PSC?
--Majó ha hecho un excelente trabajo económico, pero no ha acertado en lo político. No ha logrado hacer unas emisoras independientes que ofrezcan información neutral, equilibrada y sin tendenciosidad.
--Majó aspira a seguir en la nueva corporación...
--Si hay que hacer colada nueva, no tiene mucho sentido que él siga.
--¿Cuál es la causa del problema que usted denuncia?
--La fuerte inercia del cuarto de siglo que gobernó Jordi Pujol. Los nacionalistas crearon las emisoras y las dirigieron durante muchísimos años con el objetivo no de informar a los catalanes, sino de construir la patria. Una patria nacionalista, por supuesto. Pero en Catalunya no todo el mundo es nacionalista. Queremos una televisión y una radio públicas en catalán, nacionales, pero no nacionalistas. Que sirvan a todos los catalanes y se abstengan de hacer proselitismo soberanista y de construir patrias.
--¿Cree que eso lo suscribe ERC, miembro del Govern?
--La ley de medios audiovisuales que aprobamos hace dos meses establece cómo han de ser las emisoras de la Generalitat: plurales, de servicio público. Es decir, dirigidas a todos los catalanes, no solo a los nacionalistas o soberanistas o independentistas. Si no, las audiencias de TV-3 nunca subirán. Respeto profundamente la libertad de los profesionales de Catalunya Ràdio y de TV-3, pero algunos aún se ven arrastrados por la inercia de tantos años de pujolismo, por una visión sesgada del país. Hay inercias, grupos y sistemas de trabajo enquistados desde hace muchos años. Hay que arrancar la costra nacionalista de las emisoras. Lo mejor sería comenzar de nuevo, hacer tabla rasa del pasado; un reset, que se dice ahora. Las cargas sentimentales o ideológicas deben quedar para las secciones de opinión.
--¿Usted cree que eso es posible?
--No lo sé, lo admito. Pero con la nueva ley se empezará a respetar la pluralidad, la diversidad, la objetividad y el libre ejercicio profesional del periodismo. Se empezará a respetar la composición real del país. Hay que replantear el funcionamiento del ente, hay que hacer una nueva declaración de principios y un nuevo libro de estilo que velen por el equilibrio necesario, que pongan coto al lenguaje tendencioso y que arranquen esa costra nacionalista, que es lo que impide que tengamos unas emisoras plurales y equilibradas. Todo eso, insisto, con total respeto a la independencia de los profesionales.
--¿Puede definir esa costra de la que usted habla?
--Hay algunos gurús mediáticos al frente de programas de máxima audiencia que no informan; editorializan. Confunden sistemáticamente información y opinión; su opinión. Usan las emisoras a su antojo, como si fueran su púlpito particular, lanzan soflamas, llaman a la gente a manifestarse contra esto o lo otro. Cuando un director de programa pronuncia arengas como las que se oyen a primera hora de la mañana en Catalunya Ràdio disfrazadas de información confunde a sus oyentes, que creen que lo que reciben es información. En una emisora pagada con el dinero de todos los ciudadanos, los que son nacionalistas y los que no lo son, esto es intolerable, por más que el locutor sea una estrella del star system engordado en el último cuarto de siglo . No veto la opinión, pero esta debe estar claramente diferenciada de la información e ir contrapesada con opiniones de signo diverso.
--¿Gurús? ¿A quién se refiere?
--He definido el pecado; no hace falta nombrar a los pecadores. Pero creo que he sido elocuente. Igual que un político puede ser censurado por sus palabras o sus actos, un comunicador no es intocable. Si es tendencioso, debe ser criticado. Sé que esto me costará la animadversión de muchos y seguramente el castigo correspondiente.
--CiU asegura que las quejas del PSC son una treta para presionar a los profesionales de Catalunya Ràdio y TV-3 cara al periodo electoral que ahora comienza.
--Eso es falso, y los convergentes lo saben. No denuncio vaguedades.
--¿Puede concretar, entonces?
--Le pondré algunos ejemplos. Hace unos meses pudimos ver un reportaje sobre Terra Lliure con un lenguaje y una selección de entrevistados clamorosamente tendenciosos. O los programas de viajes de un popular presentador, que desliza siempre que puede su óptica independentista. O algunos informativos que, en lugar de informar con rigor de la manifestación del sábado pasado, prefirieron dedicarse a caldearla, a publicitarla gratuitamente desde una semana antes. ¿Hace falta que siga?
--Por favor.
--En las emisoras de la Generalitat no existe España. La palabra España, un concepto real, vigente y que todo el mundo entiende, es excluida y sustituida siempre por Estado o cualquier eufemismo o elipsis. Las emisoras públicas no pueden reducir su lenguaje al de la cosmovisión nacionalista. Deben emplear el lenguaje útil de los ciudadanos, de todos los ciudadanos. Eso por no hablar del mapa del tiempo, en el que es sencillo saber si lloverá en Alicante, lo que encuentro perfecto, pero difícil saber si lucirá el sol en Fraga, a 30 kilómetros de Lleida, o en Madrid, a una hora de vuelo de Barcelona. ¿Y las tertulias? Es inaceptable que en una mesa de cinco tertulianos, tres o cuatro sean soberanistas. Es un reduccionismo endogámico intolerable . El país es mucho más que eso. TV-3 no puede ser como la televisión de Flandes, dirigida exclusivamente a los flamencos.
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