jueves, 29 de julio de 2010

Libertad para ir a los toros

Prohibición de los toros en Cataluña: hipocresía y sectarismo


El presidente de Ciutadans (C's) y candidato a la presidencia de la Generalitat, Albert Rivera, ha lamentado, que, tras la prohibición de las corridas de toros, "Cataluña tiene un trocito menos de libertad y de pluralidad" y ha criticado: "Este no es un debate animalista sobre la protección de los toros, sino que forma parte de la obsesión identitaria del Gobierno, una oportunidad para borrar del mapa todos los símbolos de pertenencia de Cataluña al resto de España que molesta a su modelo de sociedad uniforme y excluyente que no representa a la Cataluña plural".

En este sentido, Rivera ha hecho un paralelismo con la frase del pastor protestante Martin Niemoeller en la que citaba: "Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista. Después vinieron por los socialistas y los sindicalistas, y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío. Después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí": "Salvando distancias, me siento representado con esta frase: Primero multaron a los taxistas por llevar banderas españolas, después vinieron por las tiendas de Barcelona que vendían figuras de flamencas y toreros, después vinieron por las corridas de toros...", y se ha dirigido directamente al hemiciclo: "Están ustedes muy mal".

Por esta razón, Rivera sostiene que "éste no es un debate animalista por la protección de los animales" y ha calificado de "hipócritas" a los diputados que han votado a favor de la prohibición: "Ustedes votan aquí por la reforma de la ley de protección de los animales, que ni sus propios alcaldes respetan. Por respeto y coherencia, no les quiero ver comiendo foie, pescando y cazando en cuanto salgan de la cámara o defendiendo los correbous".

En este sentido, el presidente de C's ha mostrado una foto del presidente Montilla en una plaza de toros disfrutando de la corrida: "Yo no voy a los toros, pero voy a votar para que el president pueda seguir ir a las corridas, aunque sea su gobierno el que se lo prohíba". Tras las palabras de Montilla, en las que ha defendido la libertad de los ciudadanos de ver las corridas de toros, Rivera afirma: "Montilla ha actuado con su ya característica cobardía política, escondiéndose durante el debate y siendo incapaz de conseguir que su gobierno impida la prohibición, incapaz de dirigir un gobierno que trabaje en la misma dirección".

Además, Rivera ha recordado que "esta prohibición no es gratis": "La prohibición de los toros conlleva una indemnización de 300 millones de euros al dueño de La Monumental, es decir, cada ciudadano pagará 40 euros para que se prohíban los toros", y critica la "estrategia de la ILP": "Esta ILP no toca los correbous para tener a todos los grupos contentos, paga una indemnización para callar al empresario afectado y han encontrado la grieta de la hipocresía del nacionalismo catalán".

En respuesta, Rivera reclama "más respeto y menos imposiciones", porque "lo que se ha votado hoy es qué modelo de sociedad queremos: una sociedad que prohíba aquello que a algunos les molesta, o una que, por el contrario, busque la coherencia y el respeto por las libertades individuales", por lo que lamenta: "A finales de los años 70, Cataluña era reconocida como la tierra de las libertades, ahora es conocida como la tierra de las prohibiciones".

viernes, 23 de julio de 2010

Opinión

Treinta años de victimismo

Llevamos unos días asistiendo en Cataluña a un espectáculo vergonzoso. Aquellos partidos a los que no les gusta el Fallo del TC han vuelto a su estado de victimismo permanente.

Desde que se hizo pública la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, llevamos unos días asistiendo a un espectáculo vergonzoso. Desde que se conoció el Fallo, aquellos partidos a los que no les gusta el resultado han vuelto a poner en cartel una obra de teatro a la que ya nos tienen acostumbrados: Han vuelto a su estado de victimismo permanente.

Así pues, el pasado sábado día 10, el PSC, CiU, ERC e ICV-EUiA, así como entidades – algunas de las cuales están subvencionadas a tal nivel que podrían perfectamente considerarse extensiones de los partidos en cuestión – organizaron un gran acto de autoconvencimiento, bajo el lema “Somos una nación. Nosotros decidimos “.

Pero este lema, al igual que los objetivos para los que se convocó la manifestación, cae en el mismo error que llevan tiempo cometiendo las entidades convocantes: Se quiere dar la imagen de que estamos “oprimidos”, cuando el problema real no es que no podamos decidir, sino que algunos no están contentos con lo que se decidió en su momento, en 1978, y con lo que hemos ido decidiendo desde entonces cada cuatro años, tanto a nivel autonómico como estatal.

El problema que realmente tienen algunos es el de no saber digerir un resultado que les es adverso: Las votaciones llevan implícito que existan varias posiciones y que sólo se producirá uno de los resultados planteados. Así funciona la democracia y el sistema de votaciones: unos ganan, otros pierden, y todos pagamos impuestos.

Evidentemente, todo aquel que no esté a gusto con la decisión de la mayoría puede tratar de cambiar las cosas, siempre que lo haga por los caminos democráticamente establecidos. Y es este último punto el que no toman en consideración aquellos que el pasado día 10 se manifestaban en Barcelona: Defender que Cataluña es una nación, un continente o una galaxia, si se quiere, es legítimo, siempre y cuando se haga poniendo todas las cartas sobre la mesa y siguiendo las reglas del juego que fija el Estado de Derecho – de entre las que destaca la separación de poderes, y por lo tanto, el necesario respeto y acatamiento de las decisiones judiciales – sin las cuales no es posible una verdadera democracia.

Sin embargo, los convocantes de la manifestación del 10J son los que optan por tratar de imponer su criterio al resto, porque han visto que su mensaje no convence en las urnas y porque se creen portadores de la verdad absoluta. Es por ello que distinguen entre catalanes “buenos” y “malos”, según si están o no de acuerdo con ellos. Son los que, agotada la vía de las urnas, optan por el victimismo y la rabieta permanentes, buscando la tensión con el resto de España para sus propios intereses partidistas. Y lo peor de todo esto es que por el camino han perdido de vista las que deberían ser sus verdaderas proridades, que son aquellas que nos preocupan realmente a los catalanes (paro, economía, seguridad ,…).

Como ya he dicho, me parece totalmente legítimo que defiendan otro modelo de Estado, pero se defienda lo que se defienda, se realizará siguiendo las normas, respetando el Estado de Derecho y sin escenificaciones estériles. Al fin y al cabo, el victimismo y las rabietas sirven para llamar la atención, pero no llevan a ninguna parte.

David Liern, candidat de C's per Girona

Artículo publicado en Gironanoticies.com

lunes, 19 de julio de 2010

El desastre del Estatut

Durante el Pleno extraordinario convocado por Montilla para escenificar la "unidad de la nación catalana" en su alocado camino de rebelión e insumisión contra la una de las máximas instituciónes del Estado democrático, el diputado de Ciudadanos Albert Rivera le da al presidente Montilla , máximo representante del Estado en Cataluña, un baño de realidad y una lección de comportamiento responsable y democrático. Montilla, como siempre, con su cara de póquer ni sabe ni contesta

Este es el fragmento en castellano del discuro de 30 minutos pronunciado por Albert Rivera en el Parlament.

jueves, 1 de julio de 2010

César Vidal entrevista a Albert Rivera

César Vidal entrevista a Albert Rivera habló sobre la sentencia del Estatut, el caso Palau y la corrupción del PSC y CiU, y sobre las dos leyes aprobadas ayer en el Parlamento de Cataluña: la Ley del Cine que obligará a las salas a proyectar el 50% de las películas en catalán y la Ley de Consumo que aumenta las multas a 10.000 euros a los comerciantes que no rotulen en catalán.