sábado, 20 de octubre de 2007

OBERHESSISCHE PRESSE
Viernes, 22 de junio de 2007

Ronald Reng ofrece una perspectiva de la cultura catalana

El escritor vive desde hace seis años en Barcelona

Por Franziska Lüdke

(Traducción por cortesía de Ciutadans - Girona)

Marburg. Al periodista y escritor Ronald Reng se le conoce por sus reportajes futbolísticos y sus libros, dedicados todos ellos a Inglaterra y los ingleses o al fútbol inglés. Todos estos libros fueron escritos tras el traslado de Reng a Barcelona en el año 2001.
La Acción Cultural Strömungen invitó a Ronald Reng a informar en su serie sobre Catalunya sobre “país, gente y fútbol”. La serie tiene lugar dentro de los preliminares de la Feria del Libro de Frankfurt.
Asistieron 30 personas al TTZ para escuchar al oriundo de Frankfurt hablando sobre su patria electiva Catalunya, en la que el fútbol es más que un deporte. Reng mostró una imagen diferenciada, impregnada de una ironía no exenta de simpatía, de un país entre mundano y provinciano, boom económico y complejos de inferioridad históricos. Supo responder a preguntas del público con datos y hechos entretejidos con anécdotas del pasado y vivencias propias en un discurso apasionante.
Como introducción a la tendencia catalana a exagerar políticamente temas aparentemente apolíticos leyó un poema de Rafael Alberti de 1928. El poema de Alberti es una oda apasionada y extremadamente patética al portero húngaro del CF Barcelona, Ferenc Platko. El poeta enalteció al portero como “héroe cubierto de sangre” al que “nunca, nunca, nunca jamás se olvidará”.
Al final de la velada presentó un texto propio, inédito, sobre un encuentro futbolístico especial: el antiguo equipo de aficionados londinense de Reng se encuentra en Barcelona con jugadores aficionados catalanes. En el excitante encuentro topan no sólo mentalidades, sino también dos sistemas de fútbol opuestos, así como concepciones contradictorias del concepto de “fairness”.
Entre todo ello se formó el retrato de una ciudad bilingüe, en la que conviven pacíficamente catalanes, inmigrantes de otros lugares de España, y aproximadamente 60000 extranjeros europeos: Barcelona tiene por un lado una Liga de fútbol internacional propia – Ronald Reng mismo es portero del CF Manchester La Fianna, número cuatro en la Liga – pero ninguna guardería no-catalanoparlante. Si bien Barcelona es la sede de la mayoría de las editoriales españolas, los mejores escritores catalanes no viajan a la Feria del Libro, porque no escriben en catalán, sino en español castellano.
Pero a pesar de todas estas extrañezas Reng – quién se mudó a Barcelona por deseo de su mujer - se encuentra entretanto allí tan bien, que no escribirá ningún libro sobre la capital catalana: “Mi próximo libro es sobre Frankfurt Höchst”.

jueves, 18 de octubre de 2007

Una gran oportunidad


Revista ACTUAL, octubre 2007

No hace mucho, Esquerra Republicana encargó una encuesta sobre los jóvenes de Blanes. Una gran mayoría respondió sentirse tan catalán como español.
¿El conocimiento ayuda a aceptar y respetar la realidad? En las “II Jornades per l’Autodeterminació” han reiterado la condena a los últimos atentados fascistas en Blanes, el vertido de pintura en el monumento a Lluís Companys y el robo de la placa a las víctimas republicanas, cometidos por “un grup d’extrema dreta de l’estat espanyol”.Lástima que han perdido una gran oportunidad. Denunciar también que la madrugada anterior estuvo a punto de explotar un coche bomba en Logroño. O las amenazas de muerte a Regina Otaola por cumplir la ley y hacer ondear la bandera española en el ayuntamiento de Lizartza, o todas las pintadas como las que hay en el centro de Sant Celoni “fora espanyols venjança catalana”...Contemplando estos días las imágenes de la Diada, en la ofrenda a Rafael Casanova (un señor, por cierto, que murió de viejo y en la cama) cada vez más penosas, o la quema de la imagen de los Reyes y las banderas de Francia y España en Girona y oír a alguien decir que se trata sólo de libertad de expresión... Se trata, cuando menos, de falta de civismo y de libertinaje. Entretanto, la ministra de Educación nos sale con que se podrá pasar de curso suspendiendo cuatro asignaturas y Ensenyament con formación del espíritu nacional...Horreur!!

ed. 153 -Pilar Esteban- 18 octubre 2007

Una gran oportunidad

No hace mucho, Esquerra Republicana encargó una encuesta sobre los jóvenes de Blanes. Una gran mayoría respondió sentirse tan catalán como español.
¿El conocimiento ayuda a aceptar y respetar la realidad? En las “II Jornades per l’Autodeterminació” han reiterado la condena a los últimos atentados fascistas en Blanes, el vertido de pintura en el monumento a Lluís Companys y el robo de la placa a las víctimas republicanas, cometidos por “un grup d’extrema dreta de l’estat espanyol”.Lástima que han perdido una gran oportunidad. Denunciar también que la madrugada anterior estuvo a punto de explotar un coche bomba en Logroño. O las amenazas de muerte a Regina Otaola por cumplir la ley y hacer ondear la bandera española en el ayuntamiento de Lizartza, o todas las pintadas como las que hay en el centro de Sant Celoni “fora espanyols venjança catalana”...Contemplando estos días las imágenes de la Diada, en la ofrenda a Rafael Casanova (un señor, por cierto, que murió de viejo y en la cama) cada vez más penosas, o la quema de la imagen de los Reyes y las banderas de Francia y España en Girona y oír a alguien decir que se trata sólo de libertad de expresión... Se trata, cuando menos, de falta de civismo y de libertinaje. Entretanto, la ministra de Educación nos sale con que se podrá pasar de curso suspendiendo cuatro asignaturas y Ensenyament con formación del espíritu nacional...

Horreur!!

lunes, 1 de octubre de 2007

Maragall tiene razón

Maragall tiene razón, seguro, en una cosa: el procedimiento de elaboración y aprobación del nuevo Estatuto de Cataluña ha estado viciado, y mejor hubiera sido, para los interesados en ello, plantear claramente una reforma constitucional. Maragall creyó en su momento que Rodríguez Zapatero podía prometer por su cuenta lo que prometió, que aceptaría cualquier propuesta que aprobase el Parlament, y cometió el gravísimo error, arrastrando con él al resto de la clase política catalana, de confundir el poder de un Presidente del Gobierno con la soberanía del conjunto de los españoles.

Nadie puede negar que la propuesta de Estatuto, y también el finalmente aprobado en referéndum, establece una relación de bilateralidad entre Cataluña y España no contemplada en la Constitución. Eso no lo niega ni el soberanismo catalán. Sin embargo, las relaciones entre las Comunidades Autónomas y el Estado son inevitablemente multilaterales, y en eso consiste el modelo federal, del que el Estado Autonómico a lo “café para todos” es concreción empírica. Otras alternativas, como la de ese federalismo llamado asimétrico, deberían ser explicadas y concretadas, y, sobre todo si se quieren aplicar, deberían convencer a una mayoría muy amplia.

Así las cosas, la propuesta de federalismo asimétrico de Maragall sólo podía servir, y de hecho sólo ha convencido, a los que van a ganar con ello mayores cuotas de autogobierno que los demás. Pero los convencidos no pueden pretender que el resto acepte sin más que unos tendrán competencias blindadas y otros en cambio seguirán tutorizados por el Estado en esas mismas competencias, sobre todo si los que tendrán las competencias blindadas quieren conservar las cuotas de poder y decisión, por ejemplo en la representación parlamentaria común. Todo ello con el agravante de ser además los que menos parecen creer en la viabilidad de ese Estado. A los demás no les podía servir esa propuesta, como no nos debe valer a los catalanes cuando los privilegios son para otros, sean en forma de ventajas de la capitalidad del Estado, o en forma de históricos regímenes forales. Todo esto es lo que debería haber contenido una propuesta explícita de reforma constitucional.

Que a los demás no les vale la propuesta catalana se nos ha ido haciendo saber durante el proceso de tramitación en el Congreso y el Senado, y con los recursos de inconstitucionalidad presentados, varios de ellos por las comunidades colindantes con Cataluña, gobernadas desde diferentes colores políticos. La negociación multilateral de las reformas estatutarias que fuesen necesarias, previamente al referéndum, hubiera evitado la situación actual.

Los catalanes pudimos hablar (aunque lo hicimos con la boca pequeña) en el referéndum, pero alguien debió plantearse entonces que si los catalanes creíamos ejercer así un derecho asimilable a una soberanía diferente a la del conjunto de los españoles, faltaba saber la opinión, validada de forma equivalente, de aquella otra hipotética soberanía con la que se quería establecer la relación de bilateralidad.